VALORAR EL TIEMPO QUE MIS ALUMN@S Y YO NOS DEDICAMOS
Hoy ha vuelto a tocar Raku y ha sido algo extraño hacerlo por la mañana. Aún así, hemos conseguido la magia de la cocción que facilita la "felicidad" .
El tiempo empleado en crear un par de esmaltes personalizados, de aplicar todos los escogidos, de explicar los efectos previsibles de los mismos, de la cocción, de la reducción y del enfriamiento de las piezas en agua, es un tiempo que no voy a recuperar.
Pero ver la atención, un reflejo en las miradas de emoción, la arruga en la frente por la preocupación de hacerlo bien y la cara de sorpresa al tener las piezas en las manos sirve de moneda para seguir "gastando mi tiempo".
La lógica dice que, como mis alumn@s son más jóvenes que yo, el tiempo que gasto en enseñarles mi trabajo es una inversión en su propio tiempo, en su experiencia.
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